Declaración contra las corridas de toros

Universidad de Valencia firma declaración contra las corridas de toros porque "experimentan el dolor como los humanos"
VALENCIA, 19 Abr. (EUROPA PRESS) -


La Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Valencia (UV) celebró el pasado 25 de marzo una reunión de la junta de centro, en la que se aprobó una declaración en contra de las corridas de toros que asegura que "los toros experimentan dolor, estrés y sufrimiento con características semejantes a los de los seres humanos", según informó hoy la institución académica en un comunicado.

La declaración surge porque "el debate sobre las corridas de toros y otros espectáculos taurinos --sobre si constituyen un patrimonio cultural a preservar o una crueldad intolerable-- está cada vez más presente en la sociedad española" y por la propuesta de la Generalitat de Cataluña de declarar estos festejos Bien de Interés Cultural (BIC).

A juicio de esta facultad de la UV, "existe una sensibilidad creciente hacia los problemas éticos que plantea nuestra relación con otros seres vivos y en especial con los animales no humanos". Esta "nueva visión" de las relaciones entre hombre y animal está alimentada por "un mayor conocimiento de la biología de las especies implicadas", señaló.

"Los estudios del comportamiento, de las capacidades cognitivas y del sistema nervioso de los animales han puesto de manifiesto una continuidad evolutiva entre el hombre y los restantes animales mucho mayor de lo que sugería la concepción tradicional dominante en nuestra cultura", indica la declaración, que agrega que esta concepción tradicional se basa "en la creencia de la discontinuidad radical, incluso la contraposición, entre el ser humano y el resto de los animales".

No obstante, el documento pone de manifiesto que "la biología animal ha demostrado que los animales poseen sistemas especializados en la percepción de estímulos nocivos y que dicha percepción va acompañada de un intenso y desagradable componente afectivo".

Por ejemplo, las investigaciones para el desarrollo de medicamentos analgésicos o de tratamientos paliativos del dolor en humanos utilizan la experimentación con animales, basándose, precisamente, en la idea de la estrecha afinidad entre humanos y animales experimentales. Por tanto, la conclusión a la que apuntan estas observaciones es que "los toros experimentan dolor, estrés y sufrimiento con características semejantes a los de los seres humanos", destaca el documento.

De hecho, agrega, la legislación de la Unión Europea (UE) reconoce explícitamente que "los animales son seres sensibles y establece como objetivo evitar a los animales todo dolor o sufrimiento innecesario". Para alcanzar este objetivo se ha desarrollado una normativa específica sobre la cría y el mantenimiento de animales en granjas, animalarios y zoológicos, sobre el transporte de animales y su sacrificio para el consumo, y sobre su uso en experimentación.

"LAS TRADICIONES CAMBIAN"

"El patrimonio de tradiciones de una sociedad es un bien a preservar siempre que no haya principios de mayor peso que justifiquen su extinción", subraya la declaración, que precisa: "las tradiciones cambian, y prácticas consideradas aceptables hace apenas unos pocos años actualmente son ilegales o se consideran éticamente inaceptables".

En este sentido, la Facultad considera que "la sociedad debería reflexionar sobre si un espectáculo en el que la violencia en vivo forma parte sustancial, por más que haya otros elementos, es un bien cultural a preservar y transmitir a las futuras generaciones".

A su entender, "existe en todo caso una obligación de coherencia que afecta a las instituciones de la sociedad española, y a las universidades. Por ello en las universidades y centros de investigación hay comités de ética para garantizar protocolos de investigación y de docencia ajustados a la legalidad vigente" para "evitar el dolor animal y transmitir a las nuevas generaciones valores exentos de crueldad".

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Doña Esperanza Aguirre, ¿a qué llama usted arte y cultura?
26 de Abril del 2010 - Sabino Álvarez Pazos (Mieres del Camino)

Señora Aguirre: ¿qué entiende usted por arte y cultura? No salgo de mi asombro al oírla decir en televisión y sin ruborizarse, que las aberrantes prácticas que les hacen los toreros a estos pobres animales en las plazas construidas para tan macabro espectáculo, para usted repito, sea arte y cultura (...).

Doña Esperanza me confunde usted, yo iluso de mi siempre pensé que arte era otra cosa: no sé... digamos por poner unos ejemplos una pintura del Greco, o de Velázquez, un buen mueble obra de las expertas manos de un carpintero ebanista, estar trabajando a treinta metros de (por poner un ejemplo) altura en la construcción de un edificio, un electricista subido en una columna del tendido eléctrico a veinte metros de altura haciendo su trabajo, etcétera, etcétera. Eso señora, para mí sí que es arte y no las sangrientas salvajadas que hace en el ruedo taurino el matarife de turno acompañado de toda una cuadrilla.

En cuanto a cultura señora... me gustaría saber donde ha visto usted cultura en un coso taurino con un pobre animal castigado salvajemente hasta producirle la muerte; una muerte atroz donde las haya. Eso no es arte señora ni es cultura, repito una y mil veces más. Eso es crimen consentido por unos gobiernos que siempre han mirado para «otro lado» por el maldito parné «como dice la canción» y por el miedo de los/as gobernantes a perder la «poltrona» a vivir muy bien con salarios millonarios; mientras un pobre animal gime de dolor en una plaza para regocijo y diversión de gente insensible al terrible dolor que le producen las sangrientas heridas causadas por los toreros y sus cuadrillas.

Pero independientemente del puesto que usted ocupe señora Aguirre y de lo que para usted pueda ser arte y cultura, para mí, donde más «falla» usted es en sus propios sentimientos ya no como mujer si no como ser humano ante un espectáculo tan cruel. Creo que ha errado usted como presidenta de una comunidad tan importante como es la madrileña que ostenta la capitalidad de nuestra querida España.

Me explico: la sangrienta y terrible práctica de la lidia no debería ser aplaudida por quien ostenta un cargo público como usted (conseguido con los votos de personas que si bien unas pueden ser «taurinas» otras por el contrario no lo serán y precisamente a esas es a las que yo me refiero) que, desde mi punto de vista se debiera de mostrar neutral usted, por respeto a sus votantes. ¿Me entiende no?

Mire usted doña Esperanza: en este mismo medio LA NUEVA ESPAÑA de día 13 de marzo de 2010 he leído una carta firmada pro doña Rosa María Mulas Luque que, a mi juicio, no tiene desperdicio.

La carta de esta señora es una réplica a un sacerdote que olvidando que, si Dios creó a los hombres, también creó a los animales. Y como usted doña Esperanza este sacerdote se pasó «un montón de pueblos» al referirse a los toros y otros animales.

Si usted me lo permite señora Aguirre, el aconsejaría la lectura de la susodicha carta de doña María Rosa Mulas Luque; es muy posible, que su lectura pudiera ser para usted de gran ayuda para encontrar el camino del arte y de la cultura.

Es posible que la conciencia humana esté en período de hibernación, pero sin duda alguna, más temprano que tarde despertará y ese horrible y sangriento espectáculo de la lidia de los toros se acabará. Rezo porque así sea.
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Don Juan Carlos y la «fiesta nacional»

27 de Abril del 2010 - Sabino Álvarez Pazos (Mieres)


En LA NUEVA ESPAÑA del día 26-03-2010 leo con inmensa extrañeza las declaraciones del Rey don Juan Carlos con las que mostró su apoyo a la «fiesta nacional» durante la entrega de los premios universitarios y trofeos taurinos de 2009, otorgados por la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, cuando tras el acto algunos periodistas le preguntaron si su presencia podría interpretarse como tal, y él respondió que «por supuesto».
Asimismo, en su intervención durante la entrega de los ya mencionados premios el Rey felicitó a los toreros triunfantes en la pasada Feria de Abril y distinguidos con los premios antes mencionados por «la esencia del buen lance», del que indicó «nace un mundo cultural y artístico fecundo».
¡Asombroso! ¿Nada menos que el Rey de España califica tan cruel y sangriento espectáculo masacrando a un desdichado animal de «cultural y artístico»? (...) Me asombra usted, Majestad, como presidente de la protectora mierense de animales espero no ofenderle a usted tanto con este escrito como yo me he sentido ofendido con sus declaraciones en favor de una «fiesta» que yo simplemente la llamaría «vergüenza nacional».
Lo que no entiendo de usted, don Juan Carlos, es que en los comicios nacionales usted se exime de acudir a las urnas, pienso yo que será porque su voto no «incline la balanza» para un lado u otro, ya que los/as candidatos son españoles, por lo que por su parte no puede haber discriminación.
Sin embargo, en este caso que nos ocupa no ha tenido usted reparo en ofender con su opinión a, posiblemente, millones de españoles que para nada estamos de acuerdo con un sacrificio tan cruento y doloroso como es la lidia de los toros.
En la primera línea de este escrito hablo de «extrañeza», puesto que le creía a usted más neutral, no olvidando que en la piel de toro en la que usted reina somos cuarenta y cinco (45) millones de habitantes, a los que usted no puede o no debe discriminar por sus gustos personales. Más de una vez y en este mismo medio he dicho que quien creó al toro, seguro que no lo hizo pensando en que fuera motivo de diversión para un grupúsculo ávido de sangre y sufrimiento ajeno. Desde estas mismas líneas quiero dar una respuesta (mi respuesta) a don Ángel Montiel: LA NUEVA ESPAÑA del jueves 18 de marzo de 2010, donde en un artículo escrito por este señor en la página 30 (tribuna), haciendo referencia a los toros dice: «Los toros se comen». Pues sí, señor Montiel, tiene usted razón, hay personas que comen carne sea de toro u otro animal, pero, ¿es igual para usted sacrificar un toro en un matadero que hacerlo en los ruedos taurinos?, ¿es el mismo el sufrimiento del toro? En los mataderos, señor Montiel, los matarifes de turno son verdaderos expertos en desarrollar su trabajo, y tenga usted la completa seguridad de que los animales que allí sacrifican mueren con el mínimo dolor posible.
Don Ángel, los humanos también hemos de morir, pero ¿es lo mismo morir en la cama cuando llegue nuestra hora que morir ensartado en plena lucha por una espada, pongo como ejemplo? Seamos sinceros, señor Montiel, usted sabe que no es lo mismo y también sabe (si quiere asumirlo) que la práctica de la lidia es el espectáculo más cruel y aberrante que ser ¿humano? haya podido «inventar».