Almuerzo en casa de los Wittge. 29 enero

Una casa rica, cosmopolita y culta en la Viena de principios del siglo XX y que aún es Imperio Austrohúngaro. Sus dueños son lo que queda de la familia Worringer: dos hermanas y un hermano. Las hermanas, Dene y Ritter, preparan un almuerzo con el que dar la bienvenida al hermano, Ludwig, que regresa al hogar tras un tiempo recluido en una institución mental. Dene y Ritter son actrices de teatro pero sólo aceptan papeles a su altura interpretativa, aunque esos papeles supongan poco más de unos minutos sobre el escenario. Ludwig, el varón, el hermano y el único "hijo" de dos mujeres sin descendencia, agotó sus ganas de vivir a fuerza de pensar. Todo parece insinuar que ha intentado suicidarse y que muy probablemente siga intentándolo....

Josep María Mestres dirige a Carmen Machi, Mingo Ràfols y Àngels Bassas en Almuerzo en casa de los Wittgenstein, una obra de Thomas Bernhard que recrea la relación del filósofo Ludwig Wittgenstein con dos de sus hermanas. Tres soberbios personajes en tres actos (antes, durante y después del almuerzo) que ventilan con magistral lucidez, tormentos y éxtasis, decadencia, cambios sociales revolucionarios (la acción transcurre a principios del siglo XX), miserias espirituales, el arte como excusa para no vivir...

"... Miguel Sáenz, autor de la magnífica traducción del texto (además de serlo también de casi toda la obra de Bernhard publicada en castellano) me aseguraba que, para él, Almuerzo en casa de los Wittgenstein (Rittter, Dene, Voss) es quizás el texto teatral más "perfecto" del autor. Para mí también. Y creo que lo es por la belleza formal, la musicalidad de la prosa, la contundencia de las diatribas que Bernhard lanza sin piedad ni contemplaciones a diestra y siniestra, la claridad diáfana con la que expone su visión terriblemente maravillosa (¿o es "maravillosamente terrible"?) de la existencia... En definitiva, quizás es tan "perfecta" porque es la obra más emocional del autor, porque nos permite identificarnos en muchos aspectos con las peripecias de estos seres desasosegados... Porque nos invita a abrazarles y curarles las heridas". (Josep María Mestre)