Frases

Engañar a los hombres de uno en uno es bastante más difícil que engañarlos de mil en mil.

Una lengua aguda es el único instrumento de corte que se afila por el uso cionstante.

La gloria huye de los que la buscan y sigue a los que la desprecian, porque aquéllos se acomodan al gusto de sus contemporáneos y éstos lo afrontan.

Antes de inciar la labor de cambiar el mundo, da unas vueltas por tu propia casa.

El tamaño de un hombre puede medirse por el tamaño de las cosas que le encolerizan.

La guerra es un masacre entre gentes que no se conocen pra provecho de gentes que sí se conocen pero no se masacran.

Niego que una cosa tan inútil como el sufrimiento pueda dar derecho a lo que sea, al que sea, sobre lo que sea.

Un chisme es como una avispa, si no puedes matarla al primer golpe, mejor no te metas con ella.

Procuro ser siempre muy puntual, pues he observado que los defectos de una persona se reflejan muy vivamente en la memoria de quien le espera.

Amor, un juego en el cual hay dos que pierden, el hombre y la mujer, y uno sólo que gana, la especie.

Cuando el ventero está en la puerta, el diablo está en la venta.

Desde que los hombres no creen en Dios, no es que no crean en nada, es que creen en cualquier cosa.

Un liberal es alguien que se siente en deuda con el prójimo, deuda que se propone pagar con tu dinero.

Quien añade sabiduría añade dolor.

Aprender es como remar contra corriente, en cuanto se deja, se retrocede.

Aprendí el silencio de los charlatanes, la tolerancia de los intolerantes, la amabilidad de los groseros, ¿Cómo no estar agradecido a estos maestros?

Cada cual sufre su propio naufragio

Estar preparado es importante, saber esperar los es aún más, pero aprovechar el momento adecuado es la clave de la vida.

Ser adulto significa estar solo.

Nada que un hombre haga lo envilece más que el permitirse caer tan bajo como para odiar a alguien.

Lo que es nuevo, pocas veces es verdadero, lo verdadero casi nunca es nuevo.

Eres tan joven como lo sea tu fe, tu confianza en ti mismo, tu esperanza. Eran tan viejo como tu temor, tus dudas, tu desesperanza.

Queremos ser más felices que los demás, y eso es dificilísimo porque siempre les imaginamos mucho más felices de lo que son en realidad.

No hay nada nuevo bajo el sol, pero cuántas cosas viejas hay que no conozcamos.