Frases

Por mucho que valga un hombre, nunca tendrá valor más alto que el de ser hombre.

Sólo cerrando las puertas detrás de uno se abren ventanas hacia el porvenir.

El que se pone de puntillas no puede sostenerse derecho.

La posesión de la salud es como la de la hacienda, que se goza gastándola, y si no se gasta no se goza.

Primero el hombre aprende en la vida a andar y hablar. Más tarde, a sentarse tranquilo y mantener la boca cerrada.

Si quieres que tus hijos sean inteligentes, léeles cuentos de hadas.

La felicidad de los grandes consiste, no en sentirse felices, si no en comprender cuán felices piensan otros que han de ser ellos.

Un hombre debe tener por lo menos dos vicios, uno solo es demasiado.

Sólo podemos dar una opinión imparcial sobre las cosas que no nos interesan; sin duda por eso mismo las opiniones imparciales careen siempre de valor.

Nunca des una espada a alguien que no es capaz de sonreir ni bailar.

Todo aquello que está debajo de la tierra, el tiempo lo sacará a la luz del sol.

La gran paradoja de la era de la información es que ha concedido más respetabilidad a la opinión desinformada.

Somos lazarillos de nuestros sueños.

La palabra es mitad de quien la pronuncia, mitad de quien la escucha.

Que tu pensamiento no rebase el tiempo presente, he aquí el secreto de la paz.

Si quieres hallar en cualquier parte amistad, dulzura y poesía, llévalas contigo.

Sólo el tiempo puede revelarnos al hombre justo, al perverso se le puede conocer en solo un día.

Un español siempre da la impresión de que echa de menos algo.

Cuando se viaja en avión solamente existen dos clases de emociones: el aburrimiento y el terror.

Cuando hables procura que tus palabras sean mejores que el silencio.

Las penas pequeñas son locuaces, las grandes son mudas.

El aburrimiento es un síntoma inequívoco de que no estás a gusto contigo mismo.

Si no puedes cambiar tu destino cambia tu actitud.

El único error de Dios fue no haber dotado al hombre de dos vidas: una para ensayar y otra para actuar.

Advierte que es desatino
siendo de vidrio el tejado
tomar piedras en la mano
para tirar al vecino.