Frases

Las mujeres no miden jamás los sacrificios; ni los suyos, ni los de los demás.

La vida es una tragedia cuando se ve en primer plano, pero una comedia si se ve en panorámica.

El pasado es un país extranjero, allí las cosas se hacen de manero distinta.

Un pesimista es un optimista bien informado.

Si queremos gozar la paz, debemos velar bien las armas; si deponemos las armas no tendremos jamás paz.

El gusto es el enemigo de la creatividad.

El que no considera lo que tiene como la riqueza más grande es desdichado, aunque sea dueño del mundo.

No hay carga más pesada que una mujer liviana.

Yo comienzo por hacer la guerra. Ya se cuidarán los políticos de demostrar que era justa.

La muerte es el remedio de todos los males, pero no debemos echar mano de éste hasta última hora.

Que la palabra no se adelante a tu pensamiento.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso de alguien/
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío.

Una corona es tan sólo un sombrero que deja pasar la lluvia.

Aquel que desee conocer hasta qué punto se puede debilitar y arruinar un gran Estado, debe estudiar la historia de España.

Un tonto nunca se recupera de un éxito.

Ha ciertas personas que jamás se despojan de su orgullo, cuando pasan revista a sus defectos, lo hacen a caballo.

La felicidad no es más que una opinión.

El ropaje de toda gran esperanza es la belleza.

Cuando me dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa procuro hacerla enseguida.

Lo que tiene precio poco valor tiene.

Cuando la sinceridad es arrojada fuera de la casa la adulación se sienta en el vestíbulo.

En la sociedad, el hombre sensato es el primero que cede siempre. Por eso, los más sabios son dirigidos por los más necios y extravagantes.

Cuida el presente, porque en él vivirás el resto de tu vida.

Si no sabes dónde vas, al menos debes saber de donde vienes.

No confundas, jinete, el galopar del caballo con los latidos de tu propio corazón.