Frases

Demasiado al Este es Oeste.

Hacer reír es hacer olvidar, y es un bienhechor quien en el mundo puede distribuir el olvido.

No hay jóvenes y viejos, sólo hay jóvenes y enfermos.

Encontrar primero, buscar después.

No pido otra cosa; el cielo sobre mí,  y el camino bajo mis pies

Uno ha de conocer el infierno antes de tener derecho a hablar del cielo.

Amar es encontrar en la felicidad de otro tu propia felicidad.

Quien tiene mujer e hijos ha entregado rehenes a la fortuna.

El interés habla todas las lenguas y desempeña todos los papeles, incluso el de desinteresado.

Antes de casarme tenía yo seis teorías sobre la manera de educar a los niños. Ahora tengo seis niños y ninguna teoría.

Generalmente, un hombre suele tener aquellas buenas o malas cualidades que él atribuye a la humanidad.

Lo que llamamos muerte es una cosa que hace llorar a los hombres; y, sin embargo se pasan un tercio de su vida durmiendo.

Un estúpido ni perdona ni olvida, el ingenuo perdona y  olvida y el inteligente perdona pero no olvida.

Los males políticos no se resuelven con ética, como los incendios no se apagan con agua bendita.

Ten presente que los hombres, hagas lo que hagas, siempre serán los mismos.

Felices aquellos años en los que Dios era el abuelo moviéndose en el desván.

Más vale permanecer callado y que sospechen tu necedad, que hablar y quitarles toda duda de ella.

Sólo sé que quien se encadena  está perdido. El germen de la corrupción ha entrado en su alma.

Reírse de todo es propio de tontos, pero no reírse de nada lo es de estúpidos.

El auténtico viaje no consiste en ver nuevos paisajes, sino en tener una mirada nueva.

Los pueblos viven sobre todo de esperanza. Sus revoluciones tienen por objeto sustituir con esperanzas nuevas las antiguas que perdieron su fuerza.

¡Bienaventurados los que no hablan, porque ellos se entienden!

Hay almas que uno tiene ganas de asomarse a ellas, como a una ventana llena de sol.

El buen humor es, en la mayoría de las personas alegres, el feliz y satisfactorio resultado de una tenaz disciplina.

Entre todas las desgracias, la peor es el haber sido feliz.